Hace unas semanas un catedrático contaba una historia que refleja como surgió esta crisis (crisis subprime) y los efectos colaterales de la misma hoy en el 2009, incluso en nuestras actividades diarias. Allá por el año 2005, un peruano radicado en Miami pidió los servicios de un jardinero y este llego por la tarde sobre un BMW del año. La pregunta obligada era: “¿Como lo conseguiste?”. La respuesta: “Mi casa costaba medio millón de dólares cuando la compre. Como hoy vale un millón, el mismo corredor hipotecario que me la vendió me dijo que ahora tenía medio millón para gastar. Y me ofreció el auto. Por cierto la próxima semana me voy de vacaciones a Centroamérica”.
Durante siete décadas los estadounidenses han despertado cada mañana con el sol brillando sobre sus ventanas. Ese sol tenía inscrito un axioma: “Los precios de las viviendas no pueden bajar. Si había dudas no importaba. Siempre se podía utilizar un sol, pintado.
En los ochenta las autoridades americanas eliminaron los límites a los intereses de las hipotecas y se legalizaron los préstamos con intereses variables gracias a Ronald Reagan. Con esto solo ayudaron a crear insumos para el mercado subprime (hipotecas de alto riesgo). Los americanos pobres podían entonces acceder a préstamos de los bancos con tasas mínimas fijas durante los primeros años, pero brutales y variables en los siguientes. Este esquema les daba una salida. Como en tres años la casa valía mas, el cliente podía renegociar su hipoteca a mejores tasas o disponer del colateral para gastar, por ejemplo en un BMW o un viaje a las a
Antillas.
La ecuación parecía perfecta. Si aumento la demanda con nuevos compradores, crece la construcción y hay empleo. Si hay trabajo el pago de estas hipotecas es seguro. Si el pago es seguro, estas hipotecas pueden convertirse en activos sustentados por los pagos a futuro. Luego, en bonos. En los noventa Clinton rebajo la deuda publica y los bonos estatales escasearon. Y allí estaban las hipotecas como combustible. Tales bonos eran “seguros” y se crearon mercados paralelos de aseguramiento sobre “seguros”. Para competir en los mercados financieros, los demás papeles, entre ellos los de las materias primas, debían seguir el ritmo. Los precios de todo subieron en el mundo.
Pero llego ese día que siempre llega. A partir del 2004, la Reserva Federal (el equivalente al BCR de Perú) de USA aumento sus tasas para frenar la inflación creciente. Entonces los bancos trasladaron el alza a sus clientes y los tenedores de hipotecas dejaron de pagar. La situación en USA en el 2006 se empezaba a poner complicada. Los bancos poco a poco empezaron a perder la confianza en la cartera de su rival y mucho menos en la del público. Las restricciones al crédito, incluso para el consumo, fueron cada vez mas duras. El Sol se apago; los precios de las casas, en poder de los bancos y sin mercado para venderlas cayeron. Con ello mucha gente empezó a sentir el fuerte desempleo y los aires de recesion.
En diciembre del 2006 caía por primera vez una compañía inmobiliaria en USA, la Ownit Mortgage Solutions. El efecto mecha corrió por dentro. En Marzo del 2007 comenzó el fin de Bear Stearns y luego la historia de caídas tras caídas es para todos conocidos y ha sido detallada durante todos nuestros informes durante el 2008. Como con este gigante, la crisis subprime elimino la banca de inversión estadounidense de un plumazo. En los últimos meses del 2008 el gobierno norteamericano ha inyectado U$ 700,000 millones para salvar a sus bancos, aseguradoras, hipotecarias, etc. El consumo se ha visto duramente dañado, los créditos han aumentado (automóviles, estudiantiles, etc) y la incertidumbre es la reinante.
En esta historia de bancos de mueven billones, ¿Qué tiene que ver el Perú?. Pues bien, la crisis si se sentirá (no es tan cierto eso de estar blindados). Los primero en sufrir serán los exportadores. Si Estados Unidos y Europa no pueden comprar, los precios de las materias primas bajan. Y nuestra economía es dependiente del metal. Por ejemplo en noviembre la recaudación del impuesto a la renta cayó en 15%, lo que se explica por los precios más bajos de los metales. Elmer Cuba, director de Macroconsult, sostiene que “la crisis será mas larga de los previsto, porque la inversión en todo el mundo se va desacelerar muy fuerte como resultado de la perdida de riqueza global. Tanto ahorristas como inversionistas han perdido una parte importante de sus activos financieros y la recuperación no será de la noche a la mañana”.
Fíjense la Bolsa de Lima, el fondo 3 de las AFP’s y los fondo Mutuos en Renta Variable cerraron el 2008 con rentabilidades de -59%, -50% y -55% respectivamente. Estamos hablando de millones de peruanos que han perdido más de la mitad de lo invertido. Con lo cual lo más conveniente es esperar en la recuperación de estas herramientas el tiempo que sea necesario, enfocándolas al mediano plazo, no porque necesariamente sea así, sino porque la coyuntura mundial las llevo a esta situación atípica y convulsionada. Sin embargo eso no quiere decir que la tierra deje de girar o sea el fin del mundo. Siempre hay oportunidades (incluso en las crisis) para aprovechar, solo es tener voluntad y paciencia (para muchos de nuestros compatriotas que inviertiron en estos activos). No todo es malo porque las cifras de la economía peruana reflejan un fortalecimiento que nos “pinta” mejor preparados para enfrentarla, a diferencia de nuestros vecinos Latinoamericanos y posiblemente permita salir lo mas antes de este nuevo ciclo económico.
Saludos Amigos y Buen Tradring en el 2009!
Daniel Arturo Ruiz Bravo
